25 de enero de 2024

El precio del llamado


La vida del cristiano puede llegar a ser realmente dura, pero dirás ¿Cómo es esto posible si servimos a Dios, ese ser supremo que está por sobre todas las cosas? ¿Qué clase de Dios no le facilitaría la vida a sus fieles? ¿O es que acaso los poderes de este mundo son tan grandes que lo neutralizan?

No, nada de eso. Dios si es el dueño de todas las cosas, el creador supremo y aquel cuyo poder es inalcanzablemente grande. Si bien es tan grande que nada ni nadie se le escapa de las manos y con solo pensarlo borraría de la existencia cualquier cosa por abrumadoramente grande que fuera. Él decidió permitir ciertas adversidades para enseñarnos algo y mostrarnos cómo obra a nuestro favor. Por eso debemos confiar y permanecer fieles, porque aunque perezcamos, él nos traerá de vuelta a la vida cuando ponga todas las cosas en orden para que estemos eternamente con él.

Y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí.
Mateo 10:38

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Escrito por: Álvaro A. Martínez
Para: minutocristiano.blogspot.com
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