Piensa por un momento en qué tipo de personas te gustaría tener a tu alrededor. ¿A quién no le gusta la gente amable, honesta, solidaria, pacifica y confiable? Ciertamente la gente de bien desea tener en sus negocios y relaciones interpersonales ese tipo de personas. No nos digamos mentiras ¡Todos queremos gente así! Pero ¿Qué estamos haciendo para convertirnos en ese tipo de personas?
Alguien dijo: "El mundo está lleno de buenas personas, si no encuentras al menos a una en el camino, sé tú esa persona". Y esto es lo que Dios quiere que seamos, cuando nos manda a amarnos los unos a los otros, él sabe que el que de verdad ama a otra persona, evita a toda costa hacerle daño. Dios desea que le amemos más que a nada, pero también que nos vaya bien en esta vida y que llevemos vidas plenas y felices donde busquemos no nuestro bienestar, sino el bien común.
Huye de las malas pasiones de la juventud, y esmérate en seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que invocan al Señor con un corazón limpio.2 Timoteo 2:22
Escrito por: Álvaro A. Martínez
Para: minutocristiano.blogspot.com