Santiago comienza su enseñanza sobre el control de la lengua con las siguientes palabras: “Amados hermanos, no muchos deberían llegar a ser maestros en la iglesia, porque los que enseñamos seremos juzgados de una manera más estricta.” El juicio comienza por casa dice el Señor.
El siguiente consejo que toca el Apóstol Santiago es sobre el control de nuestras palabras. Muy seguramente tiene en mente el pensamiento de Proverbios 18:21, donde se nos enseña que la vida y la muerte está en el poder de la lengua. Somos el resultado de nuestras declaraciones. Bendecimos o maldecimos. Alabamos o nos quejamos. Elogiamos o destruimos vidas. Saber cómo controlar lo que decimos es parte del carácter cristiano que debemos desarrollar. No es fácil, pero tenemos al Espíritu Santo que nos ayuda en nuestra debilidad hasta convertirla en una gran fortaleza.
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
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