Tú dices tener fe porque crees que hay un solo Dios. ¡Bien hecho! Aun los demonios lo creen y tiemblan aterrorizados. ¡Qué tontería! ¿Acaso no te das cuenta de que la fe sin buenas acciones es inútil? Santiago 2:19, 20 NTV.
El tema céntrico de esta enseñanza sobre el carácter cristiano es acerca que nuestras acciones certifican la fe que proclamamos. Muchas personas no han leído la Biblia hasta este momento, pero pueden llegar a los pies de Cristo por causa de las acciones correctas y llenas de amor de un hijo de Dios.
Santiago en su narrativa de la fe viva nos regala dos ejemplos de fe apoyada con acciones. La primera es la de Abraham. Dice: ¿No recuerdas que nuestro antepasado Abraham fue declarado justo ante Dios por sus acciones cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿Ya ves? Su fe y sus acciones actuaron en conjunto: sus acciones hicieron que su fe fuera completa. El otro ejemplo es Rahab la ramera, ella fue declarada justa por sus acciones cuando escondió a los mensajeros y los ayudó a regresar sin riesgo alguno por otro camino. Las acciones correctas certifican si nuestra fe es viva o muerta. De nada sirve decir que eres creyente si tus obras contradicen tus palabras. Vive una fe genuina, certificada con tus buenas obras porque para eso naciste de nuevo.
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
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