Pero a pesar de que, no solo hemos pecado unas pocas veces sino que todo el tiempo lo hacemos, Dios nos ama, nos ama tanto que envió a su propio Hijo para que al creer en él y arrepentirnos de nuestros pecados, tú y yo seamos sus hijos y tengamos vida eterna.
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
1 Juan 4:9