Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción.
1 Timoteo 6:9
¿Pueden dos personas que nacen en la opulencia acabar en la miseria, o al menos una de ellas? Si, esto debido a la manera como administren sus recursos y las decisiones que tomen para afrontar las crisis económicas o de cualquier índole que se le pueda presentar a cada uno de ellos. Muchos culpan al destino, a otras personas o situaciones de lo que les pasa en la vida, pero buena parte de ello depende de las decisiones que tomemos en la vida.
En las cosas de Dios, como en la vida, las decisiones que tomemos pueden determinar si nos va bien o mal; ya que si bien es cierto que Dios nos ama y quiere bendecirnos en todo, depende de nosotros si decidimos aceptar la responsabilidad de amarle y aprender lo que enseña su Palabra, de modo que podamos obedecer sus mandamientos y recibir sus bendiciones.