Pero vayan y aprendan lo que significa: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios.” Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores.
Mateo 9:13
Tristemente, ser cristiano estudioso de la Palabra, diezmador fiel, de esos que no se pierden una reunión de su iglesia local y que incluso colabora con la logística del mismo; no es garantía de que tengas la aprobación de Dios. De hecho, ese tipo de cosas es la que hacían los peores enemigos de Jesucristo, los fariseos, escribas y saduceos; es decir, los líderes religiosos de la época, los maestros de la ley.
Si bien es cierto que ya no es necesario cumplir con los ritos de la ley para agradar a Dios, vemos cómo estos personajes son tipo de la persona religiosa que no ama a la gente. Desde siempre, lo más importante es amar a Dios y obedecerle por sobre todas las cosas, pero si queremos agradarle en todo, debemos ser también "buenas personas" es decir, amar a los demás y ayudarlos en lo que sea necesario.