18 de diciembre de 2020

Cuando la oración se convierte en palabrería


Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras.

Mateo 6:7

 

Al leer éste pasaje bíblico recuerdo las palabras de mi madre que me decía que a Dios no le gustaban los habladores, así que debiamos limitarnos a pedir lo esencial en nuestras oraciones porque él conoce nuestros corazones pero le gusta que le pidamos. Luego al ver otros pasajes donde se nos dice que Dios desea que le busquemos y nos relacionemos con él. Entonces me surge una pregunta ¿acaso no disfrutamos de conversar con nuestros amigos y seres queridos?


Normalmente, cuando tenemos la oportunidad de platicar con un amigo muy querido, nos gusta tomarnos nuestro tiempo para contarle muchas cosas a esa persona y escuchar sus historias; así que la cosa no va por ahí, puesto que Dios también desea ser nuestro amigo. Aquí el problema es que no prestamos atención a lo que decimos en nuestras oraciones sino que oramos por orar, como por cumplir un deber en vez de deleitárnos en pasar tiempo con él.

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