Eclesiastés 3:11
Cuando yo era un muchacho, me sentí profundamente atraído por contemplar la grandeza del universo, para lo cual dedicaba muchas horas, en la biblioteca local a leer libros, artículos y explorar el internet para aprender sobre el universo. Mientras aprendía sobre el cosmos trataba de imaginar la grandeza del mismo y no había palabras que pudieran describir su inmensidad al compararla con nosotros.
Es cierto que la tierra es inmensa, pero ésta es nada si la comparamos con el sol; y aún menos si la comparamos con la galaxia o con el universo, pero el hecho de que podamos apreciar esta grandeza sin alcanzar a comprenderla fue permitido por Dios para que comprendamos que por mucho que investiguemos y hagamos, él siempre va a estar por encima de nosotros y su poder es infinito.
Es cierto que la tierra es inmensa, pero ésta es nada si la comparamos con el sol; y aún menos si la comparamos con la galaxia o con el universo, pero el hecho de que podamos apreciar esta grandeza sin alcanzar a comprenderla fue permitido por Dios para que comprendamos que por mucho que investiguemos y hagamos, él siempre va a estar por encima de nosotros y su poder es infinito.
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