Yo no quiero la muerte de nadie. ¡Conviértanse, y vivirán! Lo afirma el Señor omnipotente.
Ezequiel 18:32
En la Biblia se describe como muchos miles de personas de entre el pueblo de Israel murieron por haber hecho enojar a Dios, también vimos como naciones enteras fueron borradas de la faz de la tierra por causa de sus pecados. Hoy en día se predica por todo el mundo llevando el mensaje de la Palabra de Dios, pero parece que entre más pasa el tiempo mayor es la proliferación de la maldad.
A pesar de que la maldad es mucha en nuestro tiempo, esto no es nuevo, se puede decir que es el pan de cada día; sin embargo, el deseo de Dios no es que sigan muriendo inocentes y que la humanidad se precipite hacia su propia destrucción, él desea que cada uno de nosotros le busquemos de corazón y vivamos de acuerdo a los principios que nos enseña en su Palabra para que nos vaya bien en todo.