6 de noviembre de 2020

Caminando con Dios


Encamíname en tu verdad, ¡enséñame!
Tú eres mi Dios y Salvador;
¡en ti pongo mi esperanza todo el día!
Salmos 25:5 

El rey David fue, y sigue siendo conocido por tener un corazón que amaba a Dios profundamente a pesar de que cometió muchos errores; en él podemos ver el ejemplo de lo que debe hacer una persona que ama a Dios pero tiene debilidades en su caracter que lo hacen pecar una y otra vez. Por lo tanto, este ejemplo nos debe servir para no darnos por vencidos en buscar a Dios porque Dios no se da por vencido con nosotros.

Las declaraciones del salmista en el pasaje bíblico de hoy nos demuestran que él descubrió que la verdad de Dios es mucho mejor que la nuestra y que por muy entendidos que seamos los seres humanos siempre nos va a ir mejor si nos dejamos guiar por aquel que hizo todas las cosas y que nos conoce mejor que nosotros mismos. No cabe duda que poner nuestra confianza en Dios ¡Vale la pena!
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