Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido.
1 Corintios 13:1
Hoy en día es muy común ver en los cultos evangélicos que en medio de la adoración, varios de los hermanos comienzan a hablar en lenguas y a danzar, entre otras manifestaciones, algunas mas extravagantes que otras, atribuidas a la intervención del Espíritu Santo en sus vidas en ese momento.
Recuerdo que en mis inicios como cristiano, lo que mas anhelaba era hablar en lenguas, ya que esto es considerado evidencia inequívoca de que el Espíritu Santo vive en nosotros. Del mismo modo hay muchos ministros a través de los cuales Dios hace señales milagrosas que respaldan su mensaje. Sin embargo, hoy Dios nos recuerda que por encima de los dones debemos procurar que haya amor en nuestros corazones, ya que él solo aprueba aquello que hacemos movidos por un amor puro y sincero.