En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes.
1 Pedro 3:8
Existe una creencia popular muy extendida, no solo entre inconversos sino entre los mismos cristianos, que dice que el ser cristiano consiste en cambiar el estilo de vida para adaptarlo a lo que se enseña en las iglesias, de ahi que muchos oren, lean la Biblia ayunen, aparten diezmos, ofrendas y no se pierdan ninguna de las reuniones; pero fuera de eso siguen siendo los mismos de antes.
De esa manera de pensar nace lo que lo que conocemos como mera religiosidad, la cual desde los tiempos bíblicos estaba presente tanto en fariseos como otro tipo de líderes religiosos a quienes Jesús reprochó su falta de amor. Si realmente queremos agradar a Dios con nuestro estilo de vida, debemos amar a los demás y forjar verdaderos lazos de amistad con nuestros hermanos.