Pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.
Juan 4:14
¿Para qué bebemos agua? Se dice que nuestro cuerpo está mayormente conformado por agua, asi que cuando nos dehidratamos, sea por el trabajo duro o por las altas temperaturas buscamos recuperar esos líquitos perdidos a fin de que nuestros cuerpos funcionen con normalidad. Debido a esto, Jesucristo llegó a donde se encontraba la samaritana junto al pozo y le pidió de beber.
Pero así como nuestro cuerpo necesita mantenerse hidratado para funcionar correctamente, nuestro espíritu necesita la hidratación provista por el Espíritu de Dios, el cual nos guia a toda verdad y nos conecta con aquel que nos provee todas las cosas, de modo que no tengamos sed (carencia de algo) jamás, ya que en él somos completos, pero esto solo se logra creyendo en la Palabra escrita de Dios.