Es indiscutible que nuestra confianza está en Dios, pero aunque Dios puede enviar un ángel a que se materialice y de manera sobrenatural te socorra o te entregue en tus manos lo que estás pidiendo, no siempre lo hace de ese modo. De hecho, casi siempre lo hace a través de situaciones cotidianas o personas a tu alrededor. ¿Por qué? Porque hay una parte que a nosotros nos corresponde, tal como en el antiguo testamento cuando Dios le entregaba victorias al pueblo de Israel, pero ellos debían esforzarse y ser valientes para luchar.
¡No te quedes de brazos cruzados! Pídele a Dios que te ilumine para que sepas qué hacer y haz tu parte, que Dios se encarga del resto.
Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Salmo 46:1
¡Piensa en esto y compártelo!
Escrito por: Álvaro A. Martínez
Para: minutocristiano.blogspot.com
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