El Señor le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré. Génesis 12:1. NVI.
Su nombre original es Abram cuyo significado es “padre enaltecido” ¡Qué ironía! Porque a sus 75 años de edad este hombre que fue llamado por Dios para abandonar su tierra, su familia, la casa de su padre y todo cuanto le representaba seguridad no tenía heredero.
Abram y Saraí tendrían el privilegio de ser los padres naturales de la nación más bendecida de la tierra, la de Israel, y para que se cumpliera la promesa deberían salir de Ur de Caldea, lugar de su comodidad. Lo nuevo de Dios en Abram y Saraí era un pacto a favor de ellos el cual consta de cuatro partes: »Haré de ti una nación grande… te bendeciré...haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!» Cuando Dios promete, cumple, a nosotros solo nos toca abandonar la zona de confort. Salir y obedecer es la clave de algo nuevo.
Por: Marcos Manrique
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
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