Es fácil hacer cosas buenas cuando recibimos palabras de afirmación, somos tenidos en cuenta, aprobados y hasta aplaudidos. Pero ¿a cuántos se nos quitan las ganas cuando nos menosprecian, insultan y rechazan? Si bien el rechazo nos resta ánimos y fuerzas para hacer las cosas, lo que nos hace fuertes es hacer lo correcto aunque no tengamos ganas.
La Biblia dice que predicar el evangelio no siempre nos traerá aplausos y honra delante de la gente porque hay verdades incómodas y hasta dolorosas que deben ser dichas, pero así como los apóstoles en la Biblia, somos fuertes cuando nos refugiamos en Dios y seguimos adelante sin importar las consecuencias.
Imagen: Istockphoto