No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención.
Efesios 4:30
¿De qué manera podemos ofender al Espíritu Santo que vive en nosotros? Sabemos que este Espíritu es la presencia misma de Dios. Por tanto, cuando lo ofendemos a él estamos ofendiendo a Aquel que decimos amar por sobre todas las cosas. Ofendemos a Dios cuando sabiendo lo que es bueno, elegimos el pecado.
Dios desea que seamos santos y que busquemos agradarle en todas las cosas, incluso con aquellas cosas que decimos no hacerle daño a nadie. Por tanto, si la presencia de Dios vive en nosotros, vivamos como es digno de aquellos que lo representan.
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
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