Te ruego, Dios de mi vida, que de día me muestres tu amor, y que por la noche tu canto me acompañe.
Salmos 42:8 TLA
Todo aquel que ha gozado de tener comunión con Dios sabe lo que es experimentar todo ese amor y ternura sin igual con la que Dios cuida de los suyos. Es por eso que el salmista clama con esa vehemencia que Dios no se aparte de su lado.
Todos hemos atravesado por situaciones difíciles en las cuales hemos visto el tierno cuidado que Dios ha tenido por nosotros, el problema es que fácilmente lo olvidamos, pero Dios no cambia, él siempre que lo busquemos de corazón estará ahí para consolarnos.
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
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