¡Dios es inmensamente rico! ¡Su inteligencia y su conocimiento son tan grandes que no se pueden medir! Nadie es capaz de entender sus decisiones, ni de explicar sus hechos.
Romanos 11:33 TLA
Lo más difícil de obedecer a Dios es que no siempre vamos a entender sus motivos para permitir o provocar cosas que nos pueden parecer ilógicas, pero ahí es donde entra la fe, es decir, la confianza de que todo lo que Dios permite o provoca en nuestras vidas, aunque duela, lo hace por nuestro bien, para enseñarnos algo.
No debemos olvidar que él es Dios, conoce todas las cosas a fondo, tanto las presentes como las venideras y sabe mejor que nosotros mismos lo que de verdad nos conviene.
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
Ya lo leíste, pásalo y bendice a alguien.
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