25 de diciembre de 2022

EL ASCENSOR


Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Génesis 1:26-27

Cuando leemos este pasaje, vemos cómo Dios nos convirtió de simple polvo en gobernantes de la Tierra. Aunque somos polvo, Dios nos hizo para grandes cosas y planeó que fuésemos subiendo a nuevos niveles de bendición, como cuando vamos en un ascensor.

¿Qué principios permiten ese tipo de ascensos y cómo podemos aplicarlos?

1. Proceso (Génesis 1:1-2)
Así como la tierra al principio era un caos y Dios la fue moldeando, las personas nacemos como bebés indefensos que deben aprender poco a poco todo lo necesario para sobrevivir. A medida que conocemos la Palabra de Dios aprendemos su voluntad para poder obedecerla y recibir sus bendiciones. 

2. Plan (Jeremías 29:11)
Antes de crear al hombre, Dios ya había pensado en cada detalle de lo que esperaba lograr con cada uno de nosotros. De esto aprendemos que antes de hacer cualquier cosa, debemos detenernos a planear lo que queremos hacer y cómo lo vamos a lograr.

3. Propósito. (Génesis 1:18)
Dios hizo un plan para que los procesos de la tierra lo llevaran a cumplir sus propósitos. (Génesis 2:5, 7). Cuando tenemos un plan, podemos usar los recursos que tenemos a nuestro alrededor para lograr lo que queremos.

4. Presencia de Dios. (Génesis 2:7)
Sin ese aliento, el hombre no pasa de ser un mineral más a convertirse en la obra maestra de Dios. La palabra de aliento en hebreo es ruach – es la misma palabra para Espíritu, como es el caso tanto en el antiguo griego (pneuma) y en latín (espíritus). La presencia de Dios nos da vida, sin ella nada somos ni nada podemos hacer. Por eso debemos buscarla como buscamos nuestra comida.

Conclusión
Dios ha puesto un ascensor, y son estos principios, para que podamos acceder a todos los niveles de bendición que nos ha preparado, así que debemos aprenderlos y ponerlos en práctica para poder usarlos eficazmente ante los distintos retos que nos enfrentamos a diario. ¡Siempre de la mano de Dios! (Isaías 43:18-19)

Escrito para: minutocristiano.blogspot.com

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