Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas.
Salmos 37:4 TLA
Cuando amas a Dios, disfrutar pasar tiempo aprendiendo acerca de él, de su obra, de su palabra, descubriendo lo que tiene para decirte y contándole cada cosa que te pase como lo harías con tu mejor amigo. Cuando amas a Dios eres feliz pensando en él todo el día y todo lo relacionado con él se convierte en motivo para emocionarte y sonreír.
Pero más allá de vivir un romance, cuando amas a Dios de verdad, procuras agradarle en todo lo que hagas aunque a veces la cosa se ponga difícil. Te esfuerzas por ser el tipo de persona que a Dios le agrada y eso no es fácil, pero cuando asumes las consecuencias de buena gana, Dios se complace contigo y te concede las peticiones de tu corazón, las cuales, por estar alineadas con la buena voluntad de Dios siempre van a estar motivadas por el amor, primeramente a Dios y luego a los demás.
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
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