He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Apocalipsis 3:20
Dios siendo ese ser tan, tan, pero tan poderoso que con su sola palabra creó y sostiene el inmenso universo, respeta la libertad que nos dio para tomar nuestras propias decisiones.
Toda caótica historia de la humanidad no es otra cosa del resultado de darle la espalda a Dios, pues todas nuestras decisiones, buenas o malas repercuten en el rumbo que tomen nuestras vidas. De hecho, Dios mismo, a pesar de estar por sobre todas las cosas y tener toda la autoridad, nos invita a dejarnos guiar por él para que nos vaya bien en todo cuanto hagamos.
Escrito para: minutocristiano.blogspot.com
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