ESPEJOS

Hace algunos años, cuando estaba haciendo los cursos de discipulado en la iglesia, el maestro para explicarnos la unidad perfecta que existe en la trinidad la comparó con un huevo que está compuesto por cáscara, clara y llema; y nos mencionó que así como Dios, el hombre está compuesto por tres cuerpos que son inseparables entre sí, los cuales son su espíritu, alma y cuerpo físico.

Mientras que en el espíritu se encuentra la vida y la conexión con Dios, el alma viene a ser lo que conocemos como corazón, o sea, la mente, las emociones y la voluntad. Es decir, que es ahí donde nace el amor, la alegría, la gratitud, la tristeza, el odio y todas esas emociones que nos definen de acuerdo a cómo asimilemos nuestro entorno. Por tanto, si queremos conocer a alguien debemos enfocarnos en su corazón.

En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona. Proverbios 27:19

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