Por lo general quien siempre lo ha tenido todo, desconoce el valor de las cosas o lo que se siente no tener nada. Debido a esto, este tipo de personas tienden a despilfarrar sus recursos, ya que estos le transmiten la errónea idea de que nunca se van a acabar.
La Biblia no dice que cuando vayamos a los pies de Cristo automáticamente todos nuestros problemas serán resueltos. Lo que si nos dice es que aunque pasemos por toda clase de aflicciones, Dios cuida de nosotros. De hecho, nos invita a refugiarnos en Dios, puesto que él permite todas estas cosas en nuestras vidas, no para destruirnos sino para enseñarnos perseverancia, entereza de carácter y esperanza. (Ro 5:3-4) Es decir, Dios nos moldea para que aprendamos a ser mejores personas.
Escrito para minutocristiano.blogspot.com