Cuando uno transita por las calles del Centro se pueden encontrar muchas personas y comerciantes ofreciendo toda clase de productos, pero también es común encontrar cultos al aire, donde un pastor evangélico predica con un parlante y micrófono en mano las verdades de Dios.
Por lo general ese tipo de ministros tienen una historia marcado por un pasado oscuro que suelen contar a los transeúntes para que todos sepan de dónde los sacó el Señor y lo que puede hacer en quienes confíen en él. Aunque los detractores afirman que esos tipos solo son unos sinverguenzas que después de hacer de las suyas corrieron a la religión. Lo cierto es que ellos creyeron que a Dios no le importa quienes hayamos sido ni lo que hayamos hecho sino lo que estamos haciendo ahora por permanecer en él.
ORACIÓN: Padre bueno, gracias porque me llamaste del mundo y me eligiste para ser tu hijo. Ayúdame a permanecer en tí. Amén.