¡Vuelve, apóstata Israel!
No te miraré con ira
—afirma el Señor—.
No te guardaré rencor para siempre,
porque soy misericordioso
—afirma el Señor—.
Jeremías 3:12b
Lo bueno de tener libre albedrío es que podemos tomar nuestras propias decisiones, lo malo del libre albedrío es que podemos tomar nuestras propias decisiones. Sea que usemos esta libertad para tomar buenas o malas decisiones, lo cierto es que Dios que es justo, la pagará a cada uno de acuerdo a sus decisiones, de ahí que tengamos que lidiar con las consecuencias de nuestros errores.
El pueblo de Israel como la iglesia de hoy gozan de esa misma libertad y debido a ello, vemos como a lo largo de toda la historia del antiguo testamento Dios tuvo problemas con este pueblo que fácilmente se apartaba de él para seguir a los ídolos. Nosotros también hemos tomado buenas y malas decisiones, no podemos cambiar nuestro pasado sino lo que decidimos hacer a partir de ahora.
Escrito para minutocristiano.blogspot.com
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