tú me protegerás del peligro
y me rodearás con cánticos de liberación. Selah
Salmo 32:7
Aquel que pone su confianza en Dios jamás será defraudado. Esto lo entendió el rey David, quien a pesar de haber pasado por mil tribulaciones resultado de sus propios pecados y errores, mantuvo su confianza puesta en Dios, sabiendo que él no rechaza a nadie que con un corazón arrepentido se vuelve a él, y pudo ver la mano de Dios moverse a su favor para protegerlo y librarlo de todo mal.
Así mismo, nosotros podemos tener la plena confianza que sin importar si somos o no culpables de los problemas que hoy nos acechan, Dios es fiel para socorrer a todo aquel que en él confía. Él conoce cada uno de nuestros anhelos y necesidades, pero espera a que se los expresemos a él, para que cuando veamos su provisión podamos decir como el salmista que nuestro refugio es Dios, quien nos libra de todo mal.