1 Corintios 15:3-4
Desde sus inicios hasta el presente, el propósito de las Escrituras es demostrar que hay un Dios verdadero que gobierna todas las cosas y que por amor desea relacionarse con nosotros. A lo largo de sus páginas se describe cómo desde un principio él creó la tierra y al hombre con éste fin, pero debido al pecado hubo una separación y por medio de la Sangre de Cristo hubo reconciliación.
Por tanto, nuestro deber como predicadores consiste en enseñar a otros lo que dicen las Escrituras acerca de la provisión de Dios, la cual es Cristo, para que podamos reconciliarnos con él y así convertirnos en sus Hijos, herederos de sus promesas y bendiciones. Ya que solo a través de nuestra fe en Cristo y el imitar su ejemplo es como podemos volvernos a Dios y ser aprobados por él.
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