Con la boca el impío destruye a su prójimo,
pero los justos se libran por el conocimiento.
Proverbios 11:9
No en vano la Biblia dice que en la lengua reside el poder de la vida y la muerte, pues aunque algunas personas dicen que las palabras no matan, ciertamente pueden llevarnos a la muerte o a provocar, para nosotros o para otras personas un infierno en vida. Pues, por ejemplo, muchas de las personas que hoy sufren por problemas de autoestima, son el resultado de las palabras hirientes de sus seres queridos.
Es por ello que, como cristianos, debemos procurar usar nuestra boca para pronunciar palabras de bendición, palabras que demuestren el amor de Dios a través de nosotros y que contribuyan a hacer tanto de nosotros mismos como de quienes nos rodean, mejores personas cada día.
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