Mateo 7:3
Muchas personas usan este pasaje para afirmar que no debemos identificar ni mucho menos señalar los pecados ajenos, ya que nosotros también pecados, sino en lo mismo, de muchas otras formas a veces hasta peores. Sin embargo, estas palabras fueron pronunciadas contra los fariseos, quienes alardeaban de ser intachables pero por dentro estaban llenos de maldad.
Cuando veamos que alguno, especialmente de nuestros hermanos de la fe, está pecando, nuestro deber consiste en hacerselo ver, pero con amor, siempre procurando llevarlo a corregir aquello que está mal pero sin olvidarnos de revisarnos a nosotros mismos y mirar que no estemos fallando en eso mismo o en alguna otra cosa para que la edificación sea mutua.