Juan 8:44
Estas duras palabras fueron pronunciadas por nuestro Señor Jesucristo como una sentencia contra aquellos que se suponía eran los representantes de Dios ante el pueblo de Israel, su deber era enseñar las verdades de la Palabra, pero en cambio se desviaron del sagrado oficio para ir en pos de sus propios intereses egoístas siendo cegados al punto de sin darse cuenta acabar sirviendo a los intereses de Satanás.
La Biblia habla de dos grandes poderes, el bien y el mal, el primero representado por Dios y el segundo por el diablo, mientras que Dios quiere bendecirnos, el diablo busca destruirnos; los planes y la voluntad de Dios se encuentran plasmados en la Biblia, en cambio el diablo solo busca destruir y sabotear lo que Dios hace. Tanto los hijos de Dios como los del diablo se conocen lo que hacen. ¿a quién elegimos por padre?
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