Mateo 5:48
Pablo* era un muchacho muy devoto, no se perdía ni un servicio, cada día se esforzaba por estudiar la Biblia, hacer sus devocionales y procuraba aplicar lo que aprendía de las Santas Escrituras. Diríamos que es un modelo a seguir en lo que respecta a ser "un buen cristiano". Sin embargo, Pablo vivía atemorizado ante la idea de fallarle a Dios, tanto así que en su oración íntima lloraba amargamente por pecados que ni siquiera había cometido.
Como Pablo, muchas personas aman a Dios y de corazón buscan agradarle en todo. Pero no debemos recordar que como humanos vamos a fallar, no una sino muchas veces, Dios es consciente de ello y no nos condena por nuestros errores. Lo que él desea es que perseveremos cada día en hacer lo correcto y con la ayuda de su Espíritu vayamos mejorando cada día como cristianos y como personas.
* Nombre cambiado