para gloria de Dios Padre.
Filipenses 2:11
Todo lo que hizo Jesucristo de nacer y vivir como un ser humano cualquiera para dar su vida como un sacrificio perfecto que pagara por los pecados del mundo, fue con el único propósito de hacer un solo pueblo con todas aquellas personas de todas las naciones, pueblos y lenguas que creyeran en la Palabra de Dios y fueran herederos de todas sus bendiciones y promesas.
Sin embargo, ¿Cómo se lograría dicho objetivo? Para lograrlo fue que los apóstoles y sus discípulos después de ellos, fueron enviados al mundo. Del mismo modo, hoy en día seguimos compartiendo el mensaje de esperanza con todas las personas a nuestro alrededor, para que ellos sepan las verdades contenidas en la Palabra y puedan beneficiarse de una relación personal con Dios.