1 Corintios 12:13
Aunque en el mundo existen, y siempre han existido diferencias de acuerdo a sus estándares, sean por su nivel de estudios, económico, racial o de cualquier otro tipo, lo cual ha suscitado que unos a otros se menosprecien. Cuando Dios nos llama a formar parte de su iglesia nos ve a todos, y espera que nos veamos los unos a los otros, como iguales, con ojos de amor.
Debido a que los israelitas crecieron con la idea de ser el pueblo escogido por Dios, es natural que muchos se sintieran superiores al resto de la humanidad. No obstante, después de que Cristo ascendiera al cielo, esa diferencia entre judíos y gentiles fue abolida y por ende, ahora todo aquel que crea en Jesucristo y lo demuestra con sus obras tiene el mismo derecho de cualquier otro hijo de Dios a su amor y bendiciones.