al pobre y al oprimido háganles justicia.
Salmo 82:3
Es cierto que por creer en testimonio de la Biblia acerca del Hijo de Dios, somos recibidos en su familia para ser reconocidos también como hijos, lo cual nos trae no solo derechos sino también deberes. Deberes, no solamente con Dios, sino también con las personas que nos rodean, algo que olvidaron los fariseos y demás líderes religiosos de la época de Jesús, que se enfocaron en lo ritual pero se olvidaron de la gente.
Infortunadamente, hoy en día las iglesias siguen llenas de "fariseos modernos", es decir, personas que se esmeran por construir iglesias bonitas que alberguen a montones de oyentes para sus impecables sermones y llenar sus bolsillos con las ofrendas de estos; pero olvidando lo mas importante que es ser luz y esperanza para los mas necesitados, tal como Cristo hizo al darse a si mismo para demostrar el amor de Dios por cada persona y su profundo deseo de ayudarlos a suplir su necesidad.
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