25 de marzo de 2021

Depositando nuestra confianza en Dios


Entonces Jesús exclamó con fuerza: ―¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, expiró.
Lucas 23:46

De todos los episodios de la historia de Jesús como humano, en la que mejor se aprecia que su condicióm humana, es en los momentos previos y durante la crucifixión, en los cuales fue llevado literalmente al límite de su resistencia tanto emocional como física, sin embargo no por eso pecó, sino que soportó todo hasta el final.

El mismo Jesús que mientras agonizaba se sintió desamparado por su padre, nuevamente se refugia en él y estando al borde de la muerte le encomienda a Dios su espíritu, ya que desde ese momento no podría hacer más nada. Gracias a la obediencia de Cristo somos perdonados por nuestros pecados y gracias a su ejemplo, sabemos cómo agradar a Dios en todo.
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