También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la ciudad de David, para inscribirse junto con María su esposa. Ella se encontraba encinta.
Lucas 2:4-5
Este pasaje me recuerda a cierto día en que razonaba sobre algo y al día siguiente, cuando voy a la iglesia escucho al predicador repetir las misma conclusión a la que había llegado sobre dicho asunto. Lo que me llevó a darme cuenta que no todo lo que creemos que son nuestros pensamientos lo son realmente, a veces son palabras del Espíritu Santo brindandonos sus sabios consejos.
Del mismo modo, en el pasaje de hoy se describe una situación que aparentemente casual, pero que realmente formaba parte del propósito de Dios, el cual en este caso era que Jesucristo naciera en Belén y no en Nazaret, como dicen las profecías bíblicas. De esto podemos concluir que Dios puede intervenir en situaciones cotidianas y hacer lo necesario para cumplir sus planes y bendecir a quienes en él confiamos.