25 de diciembre de 2020

Obedecer con alegría

 

Me regocijo en el camino de tus estatutos

más que en todas las riquezas.

Salmo 119:14

 

Es cierto que Dios espera que cada uno de nosotros seamos capaces de obedecerle en todas las cosas todo el tiempo, tal como lo hizo Jesucristo; pero también es cierto que en la vida nos vamos a encontrar con situaciones que nos pondrán a prueba en todos los sentidos y nos llevarán al límite de nuestras capacidades, por tanto, obedecer a Dios puede ser extremadamente difícil.


Lo primero que debemos tener claro, es que los mandamientos de Dios han sido establecidos para nuestro bien, es decir, que sin importar lo que el mundo nos pueda ofrecer y lo que nuestros sentidos nos puedan indicar; los mandamientos están porque Dios nos ama y se preocupa por nuestro bienestar. Así que nos ayudará verlos como algo bueno y alegrarnos por regocijarlos, ya que con amor todo sale mejor.

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