Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.
Josué 1:9
Faltan pocos días para que se acabe el año y si, fue un año difícil donde fuimos puestos a prueba en todos los sentidos. Muchos corrimos a refugiarnos en Dios al ver un panorama tan devastador donde lo que menos se podía ver era esperanza. Fueron miles y millones de personas las que perdieron sus vidas por causa del virus dejando familias enteras desconsoladas.
Sin embargo, el hecho de que estemos leyendo ésta reflexión significa que a pesar de la desolación, a Dios le plació guardarnos hasta este día. Muchos vimos cómo la mano poderosa de Dios se manifestaba para protegernos y suplir nuestras necesidades. El virus no se ha ido, el año que viene traerá sus propios desafíos, pero lo importante es que recordemos que el mismo que nos protegió en el pasado seguirá con nosotros, así que confiemos en nuestro libertador.