Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.
1 Corintios 10:13
Hay personas que para justificar sus malos hábitos culpan al ejemplo de sus padres o del entorno en el que crecieron, algunos llegan aún más lejos al afirmar que "nacieron así" por los genes que heredaron de sus parientes. Algunos ejemplos de estos casos pueden ser los drogadictos, alcohólicos u homosexuales, entre otros; donde incluso se suele hablar de maldiciones generacionales que generan dichas tendencias.
Sin embargo, por muy fuerte que llegue a ser la tendencia, Dios afirma en su palabra que él no ha permitido ninguna tentación que no podamos superar; es decir, que el que nos hizo, sabe perfectamente cuales son nuestros límites y solo no permitirá que nuestras tendencias pecaminosas vayan mas allá de lo que podemos soportar, aparte nos provee de las ayudas necesarias para salir adelante.