16 de noviembre de 2020

Felicidad duradera


¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos. 
Salmos 112:1 

La famosa palabra Aleluya, que es tan característica entre las distintas denominaciones evangélicas, significa «alaben a Jehová», es decir, es un llamado a que reconozcamos lo que Dios hace por nosotros, tal como lo dice justo después en el mismo pasaje de hoy. Es obvio que el escritor está feliz porque sabe que Dios es bueno y que cuando obedecemos sus mandatos somos felices, ya que nos benefician.

En el mundo actual se insta continuamente a que cada uno viva a su manera, que nadie tiene por qué dictar nuestra conducta y que debemos ser libres de decidir qué es bueno y malo para nosotros. Sin embargo, en un mundo donde hay tantas voces, muchas de las cuales se contradicen entre sí, Dios, el que nos hizo, nos provee una guía definitiva a través de su palabra para que seamos felices y nos vaya bien en la vida.
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