Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.
Romanos 12:10
Hay quienes dicen que en el corazón no manda nadie, que uno no elige de quién enamorarse ni mucho menos a quién amar; no obstante, a través de la Biblia entendemos que Dios desea y nos ordena que nos amemos los unos a los otros, sabemos que Dios nos hizo y nos conoce mejor que nadie, por tanto, él no nos ordenaría algo que no supiera que somos capaces de cumplir.
Esto es debido a que Dios sabe perfectamente que somos capaces de controlar nuestras emociones y decidir amar a las demás personas independientemente de su son o no merecedores de nuestro amor; y es que el amor no es simplemente decirle palabras bonitas a la otra persona, es procurar su bienestar asi como procuramos el nuestro, y hacerlo quedar bien delante de los demás, evitando las burlas y criticas que puedan dañar su imagen o su autoestima, sino por el contrario, ayudarlo a mejorar cada día.