por la mañana mi espíritu te busca.
Pues cuando tus juicios llegan a la tierra,
los habitantes del mundo aprenden lo que es justicia.
Isaías 26:9
Esta mañana mientras escuchaba una reflexión que me llegó al teléfono, me llamó la atención que el narrador mencionaba la diferencia entre tener una religión y relacionarse con Dios. Cuando leemos en las páginas de la Biblia, notamos que lo que convertía a personas ordinarias en personas extraordinarias, no era cumplir con la ley, sino relacionarse con el legislador, es decir, con quien dictó dichas leyes.
Hoy en día, Dios nos ha dejado que conozcamos quién es el, como se ha relacionado con sus siervos en el pasado y lo que desea de nosotros a través de la Biblia. Sin embargo, no basta con ser "buenas personas"; es necesario que cumplamos sus mandatos, pero también que le busquemos a través de nuestras oraciones y estemos atentos para poder ver lo que hace en nuestras vidas y cómo lo hace.
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