Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza,
dirígeme por amor a tu nombre.
Salmos 31:3
A lo largo de la Biblia, encontramos registrados los testimonios de hombre y mujeres que confiaron en Dios para tomar decisiones difíciles y cómo Dios no los defraudó sino que les dio pautas que tuvieron que seguir para conquistar la victoria. La buena noticia es que Dios no cambia y que así como ayudó a estos personajes, nos ayudará a nosotros si confiamos en él.
Cada día miles de millones de personas en todo el mundo ponen su confianza en Dios, se dejan guiar por su Palabra y ven la mano de Dios moverse a su favor. Así que la invitación de hoy es a que, sin importar cuán terrible sea el problema y complicado el asunto que tengas en frente, confía en Dios y déjate guiar por su palabra para que recibas las bendiciones que él tiene preparadas para tí.