5 de julio de 2020

Cristo no deja las cosas a medias



Pero la transgresión de Adán no puede compararse con la gracia de Dios. Pues si por la transgresión de un solo hombre murieron todos, ¡cuánto más el don que vino por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, abundó para todos!
Romanos 5:15 

Cuando Dios hizo a Adán le dio una vida perfecta que no conocía enfermedad alguna, mucho menos muerte, ya que fue diseñado para vivir eternamente. Sin embargo, Adán pecó y tuvo que sufrir las consecuencias de su pecado, que lamentablemente pasó a toda su descendencia que es la humanidad. A fin de pagar por aquel pecado y redimir a la humanidad Cristo vino y entregó su vida perfecta.

Aparentemente nada cambió, ya que la gente sigue pecando, enfermando y muriendo, pero lo que sí cambió es que aunque pequemos, no tenemos que pagar con nuestra vida para ser perdonados, sino que basta con que creamos en lo que hizo Cristo y procuremos vivir obedientes a su Palabra mientras él vuelve a poner todo en orden, tal como lo prometió antes de ir con el Padre.
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