26 de marzo de 2020

Si quieres mover la mano de Dios, ten fe


Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha sanado. Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino.
Marcos 10:52

Si observamos detenidamente cada uno de los milagros de Jesus registrados en los evangelios, cada uno es único y diferente de los demás. Pero también es recurrente el hecho de que el Señor afirme que es la fe la que los ha salvado. Hace tiempo escuché que un predicador afirmaba que lo que mueve la mano de Dios no es nuestra necesidad sino nuestra fe.

Tal vez ese sea el motivo por el cual los milagros sean tan escasos hoy en día. Ya que, si bien es cierto que la voluntad de Jehová Dios es la que determina si recibimos o no un milagro, también lo es que Dios desea que estemos bien y seamos prosperados, por tanto, antes de pedir por un milagro debemos despojarnos de toda duda y creer que Dios puede y está dispuesto a sanarnos por el amor que nos tiene.
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