Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca.
Filipenses 4:5
¿Cuántas veces nos hemos topado con ese tipo de cristianos, que, con Biblia en mano están listos para acusar al mundo y ordenarnos que nos arripintamos? Con todo el respeto que se merecen, pero a mi parecer pueden llegar a ser algo molesto, de hecho, antes de conocer a Cristo me topé con varios de ellos y francamente no me llamaban ni un poquito la atención lo que ellos predicaban.
De hecho, recuerdo que tenía un amigo cuando niño, que por su forma de ser tan temerosa, hacía especialmente repulsiva ante mis ojos la idea de volverme como él al volverme cristiano, francamente prefería la perdición que ese estilo de vida. Sin embargo, Dios no quiere que seamos agresivos ni temerosos, sino que por el contrario amemos a la gente y lo reflejemos con nuestros actos haciendo ver el evangelio como lo que es, algo deseable y hacia lo cual podemos correr con libertad.