Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva la firmeza de mi espíritu.
Salmos 51:10
Cuando el salmista habla del corazón, se refiere a nuestra estructura emocional, es decir, la forma como procesamos y expresamos nuestros sentimientos sean positivos o negativos. De ahí que cuando le pide a Dios que cree en él un nuevo corazón, lo que le está pidiendo es que manera su manera de sentir, la cual debido a experiencias cotidianas suele verse afectada.
Es cierto que en la vida constantemente estamos siendo bombardeados por experiencias tanto positivas como negativas, mientras que las experiencias positivas nos motivan a crecer y superarnos, las negativas nos llenan de temor, el cual limita nuestra capacidad de soñar y por ende de comprometernos para alcanzar aquello que deseamos. La invitación es a confiar en Dios y a dejar que él renueve la firmeza de nuestro espíritu.
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