A veces nos equivocamos al creer que si nos encomendamos a Dios, aunque hagamos cosas que sabemos que son malas, no nos va a pasar nada malo porque Dios es bueno. Pero si Dios permite que nos vaya bien a pesar de eso, no es para que sigamos haciendo maldades, sino para que recapacitemos y valoremos lo que él hace por nosotros.
¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado, para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?
Romanos 6:1-2--
Por: Álvaro Martínez V.
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